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14 de Junio, 2010 · Cuarto ENET III

Motherboard

Modulo III   Profesor Acuña R.A.

 

Motherboard

Los motherboard de hoy o los de ayer, debido en gran medida a las innovaciones, demuestra a las claras que la computación avanza y rápido.

Para entender cuán significativo es el rol del motherboard, bas­ta que sepamos que administra las conexiones entre todos los componentes. En consecuencia, determina cómo y hasta dónde puede expandirse el sistema y qué dispositivos pueden conec­tarse al mismo. Así llegamos al nudo de la cuestión, y surgen preguntas del tipo ¿puedo poner­le un Pentium MMX a mi motherboard?, ¿Soporta memorias EDO RAM?, ¿Cuántos discos rígidos me permite tener?

 

 

Elegir un motherboard no es ta­rea sencilla. Y si cuando vamos a comprar uno nadie es capaz de responder a nuestras preguntas, se hace más difícil aún. La mejor manera de no llevarnos una sorpresa es teniendo los conocimientos ne­cesarios para descartar rápidamente aquellos motherboard que no satisfagan nuestras necesida­des, y concentrarnos en investigar el que seguramente compraremos.

 

ACPI (Advanced configuration and Power Interface): esta especifi­cación formará parte de la próxima versión de Windows y le permitirá a éste controlar de forma individual La cantidad de energía cedida a cada periférico del sistema (pudiendo incluso encenderlos y apagarlos según sea necesario).

 

AGF (Accelerated Graphics Port): bus especifico basado en e PCI, que comunica directamente al acelerador gráfico de la tarjeta de vídeo con la memoria del sistema, para optimizar la manera en que se administran los gráficos 3D.

 

Interfaces y Controladoras

Los puertos serie y paralelo, los conectadores de teclado y mouse, las controladoras IDE primaria y secundaria, la controladora de dis­queteras, y los slots ISA y PCI son las interfaces de conexión más Co­munes de un motherboard, los modelos más recientes también poseen dos puertos USB (conviene tenerlos aunque todavía no hay tantos periféricos para esta interfase), un puerto IrDA (sino tenemos una note­book o laptop, no es necesario), interfase SCSI integrada (en muy pocos casos) y slot AGP. Si bien esto es lo elemental que uno debe saber sobre las interfaces del mother­board, es apropiado que también sepamos qué tipo de especificaciones deben cumplir (para pre­venir incompatibilidades con los periféricos que vayamos a usar).

 

Empecemos por los puertos serie. Normalmente son dos y vienen con UART 16550 (de aquí a un tiempo comenzaran a venir con UART 14650).

Puerto paralelo hay uno sólo y debe soportar SPP, EPP y ECP.

Los conectadores de teclado y mouse en casi todos los motherboard actuales son estilo PS-2 (con lo que se logra ganar un puerto se­rie donde antes iba el monse).

En cuanto a las controladoras IDE, tienen que ser compatibles con EIDE y Fast - ATA 2 (modos de transferencia PIO 0 al 4 y Multiword DMA 1 y 2), ATAPI, si es posible Ultra -ATA, y soportar bus mastering.  La controladora de disquete­ras no tiene ningún requisito especial, a no ser que uno quiera utilizar una disquetera de 3,5" con formato 2.88 MB. En ese ca­so, habrá que ver si la soporta.

 

El tema de los slots es sencillo, lo que más interesa es la cantidad, Traten de que por lo menos el motherboard venga con 3 slots ISA y 3 PCI. Los modelos más nuevos, que tienen sólo 2 slots ISA, representan una seria limi­tación para expandir el sistema, puesto que una vez que se instala una tarjeta de sonido y un mó­dem, cualquier otro periférico deberá ser PCI (los periféricos en versión PCI suelen ser más costosos y menos comunes que sus pares ISA).

Esta reducción de los slots ISA, responde a determinados lineamientos esta­blecidos por Intel y Microsoft pa­ra las PCs que se venderán de aquí al '99.

Asociados a las interfaces se encuentra la controladora. Esta está representada, según el motherboard, por un sinnúmero de pequeños chips o bien por uno grande conocida como Super I/O. El Super I/O es el más em­pleado en los motherboards ac­tuales porque simplifica el dise­ño, obtiene mejor performance y reduce los costos. El se encar­ga de controlar al teclado y mouse, los puertos serie (repre­sentados por las UARTs), el puerto paralelo, las disqueteras y el real time clock o RTC; que es quien mantiene actuali­zada la hora en la PC.

 

Chipsets

No lo duden ni un instante. El chipset es el componente más importante del mother­board, es el que determina qué clase de micro­procesadores, memorias, cachés, buses, controladoras, y un largo etcétera, puede llegar a utilizar y administrar el motherboard y da soporte a determinadas tecnologías, como lo son USB, ACPI, AGP, Ultra-ATA y SMP. Está bien claro que el peor error que puede llegar a cometer es elegir mal el chipset que tenga nuestro motherboard. Para que eso no suceda, tenemos que conocer cuáles son los Chipsets y qué ventajas tiene cada uno.

 

Primero empezaremos con los Chipsets para Pentium, que son tres: el 430 HX, el 430 VX y el 430 TX. Y acá debo aclarar algo. Los motherboards que aduzcan te­ner chipsets HX Pro, VX Pro o TX Pro, de ninguna manera deben ser considerados mejores que los que utilizan los chipsets nombra­dos previamente, puesto que no lo son. Ni siquiera los fabrica Intel y la táctica de valerse de un término como "Pro" demuestra que necesi­tan parecer mejores.

 

Si tuviéramos que des­cribir a grandes rasgos las diferen­cias entre cada uno de los chipsets, diríamos lo siguiente:

El 430 HX es el que mejor performance ofrece ya que al tener amplios buffers, buenos tiempos de acceso a me­moria y poder cachearla en su tota­lidad hasta 512MB; en funciona­lidad, gana el 430 TX por dar soporte a la memoria SDRAM, a Ultra - ATA y al USB;

El 430 VX es el menos recomendable, no pue­de cachear más de 64 MB, los tiempos de acceso a memoria y buffers están por debajo del 430 HX y no tiene Ultra-ATA ni independent device timing.

Con este panorama, el 430 HX sería el chipset conveniente para un sistema que requiera solidez y velocidad en el manejo de memoria, más considerando que es el único de los tres que soporta memorias ECC y con paridad. El 430 TX debería dejarse para aquellos que preten­den explotar las ventajas de las nuevas tecnologías, ya que este chipset es "PC 97 compliant.

En tanto que el 430 VX, debería ser directamente descartado. Lo último que queda por decir con referencia a estos chipsets, es que todos ellos soportan las CPUs de Cyrix y AMD.

 

Pasando ahora a los chipsets para Pentium Pro, encontramos al 450 GX / KX y al 440 FX. En este caso no hay mucho para comparar, no porque sean sólo dos chipsets, sino porque los pro­pósitos a los que apunta cada uno son diferentes.

El 450 GX/KX está especialmente diseñado para lo que es el ambiente de negocios. En particular, el 450 GX fue pensado para servidores, soporta hasta 4 microprocesa­dores y 4 GB de memoria, mientras que el 450 KX lo fue para estaciones de trabajo, mane­ja 2 procesadores y 1 GB de me­moria.

Con el fin de cubrir la brecha entre esta dupla, y algo razonable para los compradores de menor presupuesto, apareció el 440 FX, este es utilizado en algunos sistemas Pentium II, lo  y se convirtió en el chipset que todo motherboard Pentium Pro usa en general.

Para finalizar, los chipsets para Pentium II. Por el momento, son dos: el 440 EX y el 440 LX. La diferencia es tan clara en­tre ellos que nadie dudará sobre qué chipset deberá tener un motherboard de Pentium II. Para de­cirlo en una palabra, el 440 LX aplasta al 440 EX, al soportar SDRAM, Ultra-ATA, ACPI, AGP, USB, más todo lo que tiene el 440 FX y estar optimizado para Pentium II. Así que a menos que nos regalen un motherboard Pen­tium II con chipset 440 FX, no hay otra que comprar uno que traiga al 440 LX integrado. Un detalle ex­tra: si esta compra la pensaran ha­cer en unos meses más, les reco­mendaría que esperaran por el 440 BX, Intel planea soportar velo­cidades de bus de 100 MHz con este chipset, lo cual incrementará en un 50 por ciento el rendimiento de la memoria con respecto a sus predecesores.

 

BIOS

Algo inevitable en estos días, es que sea Plug and Play (PnP) y del tipo flash (actualizable por software). Esto nos asegura el correcto reconoci­miento y configuración de los dispositivos PnP compatibles que agreguemos al sistema y la posibilidad de mantener al día el BIOS. Es su­mamente recomen dable que cuente con administra­ción de ahorro de energía por medio de las especificaciones SMM, APM, DPMS y ACPI. De otra manera, puede que a algunos periféricos se les aplique ahorro de energía y a otros no y que eso cause alguna clase de inestabilidad en el siste­ma. Los que han sufrido serios problemas con sus discos rígidos al usar el Ontrack Disk Manager o el EZ-Drive, saben la impor­tancia de que el BIOS soporte LBA (Logical Block Addres­sing) y, si los discos que tienen o piensan usar son de más de 4096 cilindros, ECHS (Extended Cy­linder Head Sector). Es un deta­lle lo que voy a decirles, pero a más de uno le va resultar intere­sante: determinados BIOS per­miten bootear desde cualquiera de los discos que tengamos insta­lados, esto lo pueden investigar leyendo el manual del mother o bien echándole un vistazo al me­nú Boot del CMOS Setup.

 

El úl­timo tema que vamos a tratar con respecto al BIOS es la nueva ca­pacidad que se les ha integrado a algunos de ellos (casi exclusiva­mente a los que vienen en los motherboards marca Abit) y que lleva por nombre CPU SoftMe­na. La idea detrás de esto es reemplazar las funciones que manejan algunos jumpers como la velocidad del bus, el voltaje y el multiplicador que debe usar el microprocesador y pasarle el control de las mismas al BIOS. ¿En qué nos beneficia? Primero, en no tener que lidiar con los jumpers. Y segundo, en que si deseamos cambiar alguno de estos parámetros, no necesitamos abrir el gabinete.

 

Zócalos

De los zóca­los que existen en el mother­board, el de mayor trascendencia es aquel que aloja al

Microprocesador. Los mother­boards que se comercializan en la actualidad utilizan, básicamente, los siguientes zócalos para micro­procesadores: el Socket 7, el Soc­ket 8 y el Slot 1. El más difundi­do de los tres es el Socket 7, dado que soporta todos los Pentium clásicos y con MMX, los 6x86 y 6x86MX, y los K5 y K6.

Todo lo contrario sucede con el Socket 8, que trabaja únicamente con los Pentium Pro. Esta limita­ción se debe completamente al encapsulado utilizado para estos microprocesadores, que inte­gra en una misma pastilla a la CPU y al caché externo L2, dán­dole una forma rectangular. En lo que respecta al Slot 1, podemos decir, que fue pensado, para el Pentium II y su encapsulado SEC (Single Edge Contact); se trata de un nuevo modo de empaquetar en un mismo módulo a la CPU y al caché externo L2, montándolos sobre un circuito impreso con un conector especial en uno de sus bordes. Dado que hay tecnologías propietarias y secretos detrás de este nuevo zócalo, es evidente que tanto a Cyrix como a AMD les va a costar muchísimo crear un clon del Pentium II. Lo que sí se ha visto son algunas imple­mentaciones que hacen que el Slot 1 también soporte a los Pentium Pro. Para esto, sé utili­za una daughterboard (tarjeta de expansión especial) en la que vie­nen incorporados el Socket 8 y un conector estilo SEC.

Aunque recién hayamos visto que cada uno de estos zócalos pa­ra microprocesadores tiene un lí­mite en la cantidad de CPUs que puede soportar, igualmente hay un modo de superarlo y es por medio de las versiones OverDri­ve de determinados microproce­sadores. Un OverDrive es una CPU especial con la que pode­mos, por ejemplo, actualizar un motherboard con Socket 5 y Pentium 133 MHz (que es el máximo teórico que soporta el zócalo), llevándolo a un Pen­tium 200 MMX. Este cambio es bastante interesan­te si tenemos en cuenta que puede extender por un año más la vida útil de un sistema de dos años de antiguedad. Por consi­guiente, si tienen un motherboard de similares características, no pierdan de vista esta solución.

Los otros zócalos con los que cuenta el motherboard son los correspondientes a los bancos de memoria y al caché.

Con respecto a este último, pue­de suceder que la caché esté inte­grado al motherboard o incluido junto con el microprocesador (co­mo ocurre con los Pentium Pro y Pentium II). En ambos casos, el ca­ché no se puede expandir si no se reemplaza el elemento afectado.

Para que esto no suceda es necesa­rio tener zócalos para el caché. Lo ideal es que esos zócalos sean compatibles con CELP (Card Ed­ge Low Profile), que permite a los módulos COAST (Cache On A Stick), donde están integrados los chips de memoria SRAM, conec­tarse al motherboard. Aunque pa­rezca mentira, no hay un estándar determinado para los módulos COAST, por eso es posible que existan incompatibilidades entre algunos de ellos. En resumen, al comprar el motherboard tomemos debida nota de qué clase de com­patibilidad ofrece en esta cuestión (para no equivocarnos al comprar la memoria caché).

 

Alimentación

Nuevas implementacio­nes de formatos para motherboards, la aparición de varios microprocesadores, y ciertos cambios en cómo se administra el ahorro de energía del sis­tema han hecho oportuno que se efectúen modificaciones al modo en que se maneja la alimentación en el motherboard. De esta ma­nera, y dependiendo del formato que utilice, el motherboard puede tener su conector de ali­mentación como un zócalo de doce pines, el conocido formato AT Baby (al que se le conectan en hilera un par de enchufes con seis cables cada uno; recordar que los cables negros quedan en el centro), o bien un zócalo de dos por diez pines, correspon­diente al formato ATX. Es más, en algunos modelos de mother­boards, coexisten ambos (lo que nos da "la libertad de elegir" la fuente de poder.

 

Además de esto, los nuevos motherboards han incorporado un conector para alimentar al fan

cooler (el ventilador que refrige­ra al disipador de calor que em­plea el microprocesador) y otro más que controla la actividad del ventilador de la fuente de poder (que sirve para manipular la energía que recibe el mismo se­gún en qué modo de ahorro se encuentre el sistema). Gracias a esto, se elimina la inconvenien­cia de que el ventilador siga fun­cionando aún cuando el sistema pase horas en modo de ahorro de energía y no haya nada que refri­gerar porque todo está "apaga­do". Asimismo se evita el tener que usar adaptadores o suplir a la fuente de poder con un conector especial para alimentar al venti­lador adicional.

 

No menos importante que lo anterior es la incorporación al motherboard de los reguladores de voltaje o VRMs (Voltage Re­gulator Module), con los que se vuelve factible el hecho de utili­zar distintas clases de micropro­cesadores. Particularmente, aquellos que emplean un voltaje para el núcleo (core), y otro para las en­tradas/salidas (I/O), como sucede con los Pentium con tecnología MMX y Pentium II de Intel, los 6x86L y 6x86MX de Cyrix, y los K6 de AMD.  A fin de dife­renciar estos voltajes sin necesi­dad de recordar los valores de tensión de cada uno, se han esta­blecido ciertos términos que los identifican, los cuales es conve­niente que conozcamos si desea­mos saber qué versatilidad tiene el VRM del motherboard.

 

El último tema a tratar sobre la alimentación en el motherboard, es la batería que suministra ener­gía al CMOS. Para empezar, hay varios tipos. Están las que vienen soldadas al motherboard (tie­nen forma de cilindro), las que están colocadas en un zócalo a fin (y son similares a las pilas usadas en agendas personales), las externas (que se enchufan a un conector determinado) y las recargables (que se encuentran integradas al motherboard). Tanto las primeras como las últimas comparten un mismo problema, no pueden reemplazarse. Por lo tanto, no son recomendables (na­die quiere cambiar un mother­board por una batería fallada). De las otras dos, las externas son las menos preferibles, puesto que es más difícil encontrar el reempla­zo para las mismas. Con lo cual, son las segundas las que quedan como mejor elección.

 

Circuito impreso

El circuito im­preso es un compo­nente más del mot­herboard, ya que se trata de la base sobre la que se asientan todos los demás. A través de él se transmiten la mayoría de las señales del siste­ma, por lo que debe cumplir con ciertas normas que aseguran los mínimos niveles de interferencia (esto debe estar explícitamente detallado en el manual). Además, tendremos que prestar aten­ción a la cantidad de capacitores que tiene el motherboard, los capacitores son componen­tes electrónicos que se encar­gan de filtrar gran parte de las señales, y entonces la estabilidad eléctrica que tenga el mother­board dependerá en cierta medi­da del trabajo que éstos realicen.

Como es sabido, con la intención de abaratar costos, algunos fabri­cantes usan para sus mother­boards un número reducido de capacitores, o bien de baja cali­dad. Esto hace necesario, para no correr riesgos, que verifiquemos en el mother la existencia de 6 ó 7 capacitores de mediana o gran capacidad.

Otra de las cosas que tendremos que considerar es el espesor del circuito impreso y la cantidad de orificios existentes para sujetarlo al gabinete. De este dependerá la resistencia que ten­drá el motherboard al instalar las tarjetas de expansión. Si el cir­cuito impreso no es lo suficiente­mente grueso, puede llegar a quebrarse al estar expuesto a rei­teradas presiones, y si los orifi­cios de sujeción están sólo en los extremos (no así en las zonas medias), contribuirán a acentuar la flexión del motherboard, arriesgando su integridad.

 

 

Formato

Hasta 1995, todos los mother­boards se fabricaban prácticamen­te en el mismo formato: el AT y el AT Baby. Pero luego todo eso cambió con la aparición del formato ATX. Y entonces la pregunta ineludible debió hacerse: ¿que representa para el motherboard tener tal o cual formato? Indica, en primera medida, sus dimensiones La diferencia se ve a las claras 5 tomamos, por ejemplo, un motherboard 386 (AT) y lo comparamos con uno de los primeros motherboards Pentium (AT Baby). El primero es más bien cuadrado, mientras que el segundo es rec­tangular (más largo que ancho). Los ATX, por su parte, a la inver­sa que los AT Baby, son más an­chos que largos

Estas variaciones en la forma y medida del motherboard afectan la manera en que se distribuyen los componentes sobre el mismo, determinan la clase de gabinete y fuente de poder que tenemos que usar con él y hablan de lo complicado que puede ser insta­larlo y llegar a montarle ciertos elementos.

En un motherboard AT, los zócalos para el microprocesador y la memoria se encuentran ubica­dos en la parte inferior, con lo cual arriba de ellos sobre el lado izquierdo quedan los slots de ex­pansión y sobre la derecha los co­nectores de las interfaces. Esto funcionó a la perfección en los primeros tiempos porque el mi­croprocesador y las memorias ve­nían integradas. Cuando aparecie­ron los zócalos, las CPUs con ventiladores, y los SIMMs, la historia cambió. El hecho de que la CPU se encontrase en la misma lí­nea que las tarjetas de expansión, no tardó en causar problemas. Lo mismo ocurrió con los bancos de memoria, los que, por el tamaño del motherboard, quedaban deba­jo de las disqueteras y otras unida­des de discos y eso hacia proble­mática la idea de expandir la me­moria del sistema (era imprescin­dible ser contorsionista y tener paciencia). El formato AT Baby solucionó esta última cuestión en cierta medida, al recortar el ancho y mover los zócalos de memoria más hacia arriba. Sin embargo, la verdadera solución no era ésa, y de ahí la razón del for­mato ATX.

 

Este nuevo formato no sólo sé en­cargó de modificar las especifica­ciones relativas al motherboard sino también a los gabinetes y fuentes de poder. En consecuen­cia, fue toda una revolución. La primera y más importante de las modificaciones implementadas por el formato ATX es haber in­vertido las dimensiones del viejo AT Baby para hacerlo más ancho que largo y así evitar que el acce­so a alguno de los componentes del motherboard quede obstruido (además, esto permite que sé re­frigeren mejor). Las memorias y el microprocesador se mudaron al lugar antes ocupado por los co­nectores de las interfaces (arriba a la derecha), evitando así obstruir los slots de expansión, obteniendo mejor acceso a los bancos de me­moria y ventilando la CPU ade­cuadamente sin necesidad de un ventilador adicional (ver Gabine­te ATX). Ya que los nombramos, los conectores de las interfaces, en particular los de los puertos serie, paralelo y USB así como los de teclado y mouse (ambos estanda­rizados a PS/2), se soldaron direc­tamente al motherboard reducien­do de ese modo su costo, las inter­ferencias en las señales que éstos manejan y la cantidad de cables que salen del motherboard. Res­pecto a las interfaces de las con­troladoras IDE y de las disquete­ras, se movieron a la zona inferior izquierda, quedando de ese modo más cerca de los periféricos a los que deben conectarse.

Por todo esto, y otras cosas que hemos ex­plicado (por ejemplo, el conector ATX de alimentación al mother­board, que es mucho más seguro que el par de conectores AT Baby que pueden enchufarse errónea­mente), ATX es el formato de motherboard que deberíamos comprar.

 

Simms y Dimms

Como en este momento las me­morias sé encuen­tran en plena meta­morfosis, es probable que encontremos  motherboards con zócalos para SIMMs y otros para DIMMs (hasta algu­nos que usen ambos). ¿Cómo distinguir entre unos y otros? Bien fácil, observando su tama­ño. Los DIMMs son práctica­mente el doble de largo que los SIMMs. La razón de este cam­bio radica en la manera en que trabajan los módulos SIMM (72 pines) y DIMM (168 pines). Mientras que los primeros em­plean un bus de 32 bits para co­nectarse, los segundos usan pre­cisamente el doble (es decir, 64 bits). Y por ello, no será más ne­cesario instalar los módulos de memoria de a pares. Una vez que conozcamos con qué módulos trabajará el motherboard, lo si­guiente es ver (y a esto debemos prestarle debida atención) cuál es la capacidad de memoria que soporta cada banco de memoria (recordemos que sí son DIMMs, un banco equivale a un zócalo, y si se trata de SIMMs, a dos). Pa­ra entender esto, supongamos que tenemos un motherboard que tiene 4 zócalos que soportan DIMMs de 64MB y otro que po­see 3 pero usa DIMMs de 128 MB. Nos conviene el se­gundo, porque ofrece 384MB (3 x 128MB) contra los 256 MB (4 x 64 MB) del prime­ro. Alguno dirá, ¿qué diferencia hace 256 ó 384 MB si a lo sumo llegaremos a instalar 128? Bue­no, no se sabe. Los precios de las memorias han bajado mucho (fíjense lo que valían 16 MB hace dos años atrás y se van a agarrar la cabeza). Y seguro lo sigan ha­ciendo, ya que las aplicaciones cada vez requieren mayores can­tidades de este "elixir".

Por dar otro ejemplo más cotidiano, tomemos el caso de un 486 DX2 cuyo motherboard tiene la siguiente distribución: el primer banco de memoria está compuesto de cuatro zócalos para SIMMs de 30 pines, y los dos restantes por un zócalo para SIMMs de 72 pines cada uno. Si completára­mos el primer banco con SIMMs de 4 MB, sumaria, un total de 16 MB, lo mismo que si instaláse­mos un SIMM de 16 MB en uno de los bancos de 72 pines.

¿Dónde está el problema?, Se preguntarán. Considerando que el 486 DX2 tiene un bus de datos de 32 bits, y que los SIMMs de 72 pi­nes también, la manera más direc­ta de acceder a la información, es, precisamente, usar el mismo tipo de bus. Algo que no se cumple con los SIMMs de 30 pines, por­que su bus de datos es de sólo 16 bits. Esto hace que el microproce­sador deba accederlos de a pares para aprovechar todo el ancho de banda del bus (disminuyendo el rendimiento). Además, dado que en un mismo banco hay cuatro SIMMs de 30 pines, tendrá que manejar cada par por separado.

El asunto podría ser aún peor si se mezclaran SIMMs de 30 y 72 pines, o en los motherboards más recientes, SIMMs de 72 pi­nes con SIMMs de 168 pines, debido a que hay diferencias tec­nológicas (FPM RAM, EDO RAM, SDRAM) y de velocidad (70, 60, 50 ns.).

Acá surge una pregunta: si esto no es conveniente, ¿por qué los fa­bricantes ofrecen esta posibilidad? Bueno, por el simple hecho de evi­tarnos un gasto mayor (al tener que tirar, o vender por un precio menor los SIMMs viejos) cuando actualicemos el motherboard.

 

Jumpers

Esos pares o hileras de pines diseminados por todo el cir­cuito   impresos son jumpers. Se utilizan para configu­rar parte del hardware que se instalará en el motherboard (por ejemplo, el microprocesa­dor) y para habilitar o inhabilitar algunas funciones especiales (co­mo borrar los contenidos del CMOS, actualizar el BIOS, etc. ). Es elemental que el mother­board cuente con los jumpers ne­cesarios para administrar la ma­yor cantidad de configuraciones posibles, principalmente en lo que concierne a velocidades de bus y reloj y microprocesadores (hay casos donde no se puede configurar un mother de determi­nada forma, no porque el hard­ware en sí no lo permita, sino porque se han excluido a propó­sito ciertos jumpers; ésta puede ser una diferencia vital entre un modelo de motherboard aparen­temente igual a otro). Justamen­te, sobre este último punto hay que aclarar algo: si el mother­board tiene muy pocos jumpers, es probable que sea porque las funciones que éstos ofrecen ha­yan sido incorporadas al CMOS Setup y eliminadas del circuito impreso.

 

Recomendaciones

Si bien nos hemos extendido generosamente sobre el mother­board, siempre queda algún que otro comentario por hacer. Por eso, y para finalizar la nota les damos algunas recomendaciones.

Traten de comprar un mother­board de marca conocida (co­mo ser Intel, Soyo, Supermicro, Asus o Abit), ya que normal­mente ofrecen buena calidad de componentes y un rendimiento acorde a lo que debe ser.

Si tienen Internet, es preferible informarse sobre los distintos motherboards recurriendo a los sitios de los fabricantes, más que a los vendedores que hay en el mercado. Asegúrense de que quien les venda el motherboard les entre­gue el manual (allí se encuentra la información necesaria para configurar los jumpers y el BIOS, además de detallar todas las características que posee el motherboard), los conectores para los puertos sede y parale­lo, y los cables para conectar las disqueteras y los discos rígi­dos a sus respectivas controladoras (en algunos casos se incluye también un disquete con una ac­tualización para el BIOS o con los drivers para bus mastering). Una aclaración: los elementos necesarios para montar el mot­herboard vienen con el gabinete.

Los que tienen en mente el te­ma del overclocking, no se olvi­den de comprar un motherboard que soporte velocidades de bus superiores a los 66 MHz (como ser 75 y 83 MHz) y que posea un buen regulador de tensión. Para los no tan osados, hay mother­boards que vienen con un especie de turbo (los Abit son unos de ellos) con el que podemos incre­mentar la velocidad del bus a 68 MHz, haciendo así que el bus lo­cal trabaje a 34 MHz.

 

publicado por florolima a las 15:09 · Sin comentarios  ·  Recomendar
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